Desarrollar y articular programas a nivel individual y comunitario, a través del abordaje integral del ser humano, a partir de componentes espirituales, sociales, de salud y bienestar; que den testimonio del amor misericordioso y bondad, siendo extendido a las comunidades con mayor vulnerabilidad, enfatizando su acción en niños, jóvenes, madres adolescentes, viudas y adultos mayores.